21 de Febrero 2004

Princesa

No; no soy esa que tu imaginación soñó de niño...
Aquella mujer por quien te desvelabas en la noche a la luz de la luna,
esa por quien suspirabas sin saber siquiera su nombre.

No soy la poeta nostágica y sentimiental,
que anduviera por ti en la vida,
llenando al mundo de cosas bellas.

No soy la princea que soñaste de chiquillo...
esa que solo tu conoces,
esa que te hiciera sentir hombre y nada mas,
poniendo la vida de color de rosa,
como un cuento de hadas.

No. Nada de eso soy.

Sin embargo, soy la mujer
que intenta conquistarte día a día,
que siente tus pesares y se alegra con tu éxito,
que procura protegerte a costa de lo que soy yo misma.

Aquella que tiene por defecto ser inconstante
y necesita tu apoyo.
Aquella que sin ti...

No soy la princesa que quizás esperabas,
del todo perfecta,
quizas no tengo virtudes que otras tendrán.

Sólo quise que supieras algo, pequeño mío;
no por un beso pasare de lo que soy a una princesa
que despierta de un sueño profundo...
aunque bien se, que así me siento,
tan solo por tu cariño.

Mas, si llegase esa princesa a tu vida,
ilusión tuya alguna vez deseada...
no podrá amarte como lo hago yo.

Escrito por Vresia a las 21 de Febrero 2004 a las 08:10 PM
Comentarios

princesa o no,con alas o sin ellas lo importante es k estais juntos.Enhorawena.

Escrito por Korso a las 22 de Febrero 2004 a las 03:13 AM

Amigo Korso, a veces no nos sentimos completos cuando has experimentado sensaciones que por algún motivo quedan sepultadas y no vuelven a florecer. Me falta esa persona. Solo él consiguió hacerme sentir especial.
Pero no me he rendido...sigo regando gota a gota la debil simiente que un día decidimos cuidar.

Escrito por Vresia a las 22 de Febrero 2004 a las 04:13 PM

Etéreo, insustancial, estimulante? Los recuerdos se disuelven y las palabras sólo son varices que nos impiden caminar. La noche de los tiempos no enturbia lo difusos que somos, que nos hacemos, erizados por el frío de la distancia. A veces quisiera vivir en un país sin nombre, dudando de todo, donde las calles siempre estuvieran desiertas y las pieles se pudieran escuchar, los ojos probar, los labios oler, y los aromas tocar. No nos llenaremos hasta que dejemos de ser incompletos, pero ¿y mientras tanto? El paraíso existe, Vresia mía, nos reencontraremos en el próximo viaje.

Escrito por decadente a las 23 de Febrero 2004 a las 07:38 PM
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